Hasta sólo ayer, la ciudad era recordada como un bello poblado tranquilo. No obstante, todo ese esplendor se había perdido en medio de una descabellada zona de guerra; con edificios en llamas y calles decoradas con muerte, la última gota de belleza de Margarett estaba en el gremio de las sirenas.
Resguardado detrás de altas murallas protectoras, un enorme jardín rodeaba al edificio de blancos pilares y a las múltiples estatuas esculpidas en honor...
El Renacimiento del Fénix II: Gremio.