Un día como cualquier otro. Un bastardo despertaba ligeramente más animado que de costumbre y pues aunque sus ánimos generalmente eran nulos éste día parecía que quería al menos respirar. Pocos segundos de haber empezado a desayunar una guacamaya comenzó a revolotear y a emitir sonidos en las afueras de su hogar, reconoció rápidamente la procedencia del animal.
—Estos creen que soy su esclavo —se quejó al leer el llamado al edificio de Nagare.
Salió de casa y...
Mi muñeca me habló. Sakund + Kiseki