Las mañanas de Berlín eran de lo más tranquilas, perfectas para seguir durmiendo un tiempo más aunque ya el Sol buscara escabullirse entre las cortinas de cada hogar. Para alguien que había visto tantos amaneceres, era un día cualquiera, pero como un día más, lo más agradable era seguir dormida y dejar que el tiempo pasara, el tiempo de sobra que tenía y que le aburría. Escuchó algo de ruido pero tenía bastante sueño y haber tenido...
PARAIDOLIA -3-